
Ayer comenzaron los actos en conmemoración de los 400 años del fallecimiento de Miguel de Cervantes, autor de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
El Paraninfo del Palacio de las Academias parecía un universo paralelo que contrastaba con la realidad circundante en el centro de Caracas. En el interior del recinto, los académicos de las distintas corporaciones lucían sus medallas y distintivos. Los invitados especiales esperaron con paciencia el Acto Solemne con el que se abrió el Año Cervantino, y con él, una programación cultural organizada por la embajada de España en Venezuela.
Horacio Biord, presidente de la Academia Venezolana de la Lengua, dio inicio a la sesión. En sus palabras, se refirió a dos personajes venezolanos ligados al célebre autor homenajeado: el «quijotesco» primer alcalde de Caracas, Alonso Andrea de Ledesma; y el «cervantino» historiador, escritor y periodista Tulio Febres-Cordero. Luego habló el embajador de España, Antonio Pérez Hernández, y, entre otros puntos, se refirió al recientemente realizado VII Congreso de la Lengua, en Puerto Rico.
También anunció las actividades que vendrán. Al respecto, una nota de la delegación diplomática española informó que el miércoles, 13 abril se inaugura la exposición Miguel EN Cervantes en la Fundación Provincial. Para el jueves, 21 abril, inicia el VIII Festival de la Lectura de Chacao, en el que España será el país invitado oficial; y el viernes 22 –justo el día del fallecimiento de Cervantes– se estrena el musical El Hombre de La Mancha.
Después, tomó la palabra el Orador de Orden Edgardo Mondolfi Gudat, por parte de la Academia Nacional de la Historia, para hablar de los lectores del Quijote en la política venezolana, y citó cómo conectaron Francisco de Miranda –tuvo en su haber varias ediciones importantes–, Simón Bolívar –dijo que él, Cristo y el Quijote fueron los más insignes “majaderos” de este mundo–, Rómulo Betancourt –el Quijote es sinónimo de patriotismo–, Rómulo Gallegos –quien mantuvo una relación orgánica con lo hispánico–, Arturo Uslar Pietri –el Quijote desde la libertad– y Miguel Otero Silva –el Quijote desde la justicia– con el texto de Cervantes, por aquello de que “esa obra máxima trasciende su condición literaria”.
Quijote puro y música
Siguió la intervención musical del ensamble Cumbé y Zarambeque, integrado por Hugo Quintana (guitarras), Xiomara Mistage (voz), María Carolina Bermúdez (violín), Ronald Barreto (viola da gamba) y Rubén Ramírez (percusión).
Con ellos sonó, para la parte renacentista, un Romance de Miguel de Fuellana y una Romanesca de Diego Ortiz con Polo Margariteño. Para la parte barroca, Villanos del Códice de Saldívar de Santiago de Murcia, el tono a lo humano La verdad de Perogrullo de José Marín, una Jota de Santiago de Murcia con Pájaro Campana y, para finalizar, el maravilloso Sarao de la Chacona de Juan Arañés.
La nota final fue escuchar fragmentos del Quijote a cargo de los representantes de las academias, con textos alusivos a sus áreas de estudio. En primer lugar, leyó el embajador de España, luego intervino el académico Rafael Arráiz Lucca (Academia Venezolana de la Lengua), Inés Quintero (Academia Nacional de la Historia), Miguel González Guerra (Academia Nacional de Medicina), Gioconda San Blas (Academia Nacional de Ciencias Naturales y Físicas), Ramón Escobar León (Academia Nacional de Ciencias Políticas y Sociales), Eduardo Ortiz (Academia Nacional de Ciencias Económicas), Eduardo Buroz (Academia Nacional de Ingeniería y el Hábitat); y cerró la lectura el embajador de Perú, Mario López Chavarri; a propósito de también conmemorarse los cuatrocientos años del fallecimiento del no menos célebre Inca Garcilaso de la Vega.
@amhg_periodista
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